Investigaciones recientes dejan claro que cualquier cantidad de alcohol puede ser perjudicial.
Tras décadas de investigaciones confusas y a veces contradictorias el panorama es cada vez más claro: Incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden tener consecuencias para la salud.
Una investigación publicada en noviembre reveló que, entre 2015 y 2019, el consumo excesivo de alcohol provocó aproximadamente 140,000 muertes al año en Estados Unidos.
Investigaciones más recientes han descubierto que incluso niveles bajos de consumo de alcohol aumentan ligeramente el riesgo de hipertensión arterial y enfermedades cardiacas, y el riesgo aumenta drásticamente para las personas que beben en exceso.
La buena noticia es que cuando se deja de beber o se reduce el consumo, la tensión arterial disminuye. El alcohol también está relacionado con un ritmo cardiaco anormal, conocido como fibrilación auricular, que aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos e ictus.