Anitta, la famosa cantante brasileña, recientemente compartió cómo su infancia en una favela de Brasil la moldeó y le dio fortaleza. En una entrevista, la artista reveló que crecer rodeada de “armas, drogas y sexo” en los barrios marginales de su país natal fue una experiencia desafiante pero también formativa.

La cantante, cuyo nombre real es Larissa de Macedo Machado, creció en Honório Gurgel, una favela en Río de Janeiro. A pesar de los desafíos y peligros que enfrentaba a diario, Anitta encontró una forma de escapar a través de la música. Comenzó a cantar en fiestas y eventos locales, lo que finalmente la llevó a alcanzar el éxito internacional.

Anitta ha destacado la importancia de su crianza en su determinación y resistencia. A pesar de las circunstancias adversas, aprendió a luchar por sus sueños y a aprovechar al máximo las oportunidades que se le presentaban. Esta experiencia también la ha impulsado a abogar por los derechos de las personas que viven en los barrios marginales y a utilizar su plataforma para dar voz a los menos privilegiados.

La historia de Anitta es un recordatorio de que nuestras experiencias pasadas no determinan necesariamente nuestro destino. A pesar de los obstáculos a los que se enfrentó, ella logró superar las dificultades y construir una carrera exitosa. Su historia es inspiradora y nos recuerda que la resiliencia y la determinación pueden abrirnos las puertas hacia un futuro mejor, sin importar de dónde venimos.