Fue en 2003, auditando una fábrica china para una marca de moda francesa, cuando Sébastien Kopp y François-Ghislain Morillion vieron uno de los fracasos de la globalización. Encontraron a 30 trabajadores hacinados en una habitación minúscula con un único orificio para desaguar la ducha y poder hacer sus necesidades.
Esto les llevó a deconstruir la cadena de suministro de zapatillas y a crear un prototipo de calzado al que llamaron Veja, utilizando productos -incluido caucho natural recolectado de forma sostenible- procedentes de Brasil.
En 2004, se hicieron amigos de los recolectores de caucho de la Reserva Extractiva Chico Mendes, en el noroeste de Brasil, y empezaron a comprar caucho de látex coagulado a casi 1,200 familias del Amazonas. En los últimos 15 años, han comprado 1,928 toneladas de caucho silvestre.
Veja vende más de dos millones de pares de zapatos al año y recaudó 115 millones de dólares en 2020, sin publicidad.