Cuando una mujer decide convertirse en la amante de un hombre comprometido, empiezan a jugar un papel importante los sentimientos y el hecho de tener que compartirlo con otra mujer.
Algunas mujeres no aguantan la posición de concubinas y terminan la relación, pero otras, guardan la esperanza de que su hombre decida dejar a su esposa o compañera “oficial” y esperan meses hasta que pierden la ilusión y se dan cuenta de que eso es algo muy poco probable que suceda.
Si una amante pudiera hablarle a la pareja oficial del hombre tal vez le aclararía:
• No tienes ni idea que tu amado novio o esposo está enviándome mensajes eróticos mientras está en casa contigo.
• No soy una prostituta, aunque la gente lo piense.
• Soy una persona normal, agradable, con familia y amigos.
• No soy la típica chica muy bien maquillada, perfumada y con el cabello impecable. Tampoco me visto de forma llamativa.
• No soy más bonita que tú, ni mejor amante, ni más divertida, ni nada de eso, soy completamente normal.
• Aunque a muchas amigas mías no les interesa involucrarse con un hombre comprometido, a mi me atrae ese tipo de hombre.
• Por último, me sorprende la gran cantidad de hombres que engañan a su pareja o están dispuestos a hacerlo. Creo que no nacimos para la monogamia.
• Y no te preocupes por mí, aunque no sabes que existo. Yo simplemente estoy en medio de su relación, pero estoy esperando a mi hombre ideal.