Una relación de pareja sana es aquella en la que ambos miembros se respetan, se consideran y se apoyan mutuamente. La comunicación es clave para que esto funcione, y es importante que ambos se sientan libres de expresar sus necesidades y sentimientos.

Otra característica de una relación sana es que ambos miembros se esfuerzan por hacer crecer la relación. Esto significa que se toman el tiempo para pasar tiempo juntos, tanto en actividades divertidas como en actividades que sirvan para mejorar la relación. Se esforzarán por comprender y apoyar los objetivos y sueños del otro.

En una relación sana, también es importante que cada uno tenga su propio espacio y tiempo para los amigos y actividades individuales. Esto ayuda a mantener la individualidad de cada uno y evita que la relación se vuelva aburrida o rutinaria.

En resumen, las características de una relación sana son el respeto, la consideración, el apoyo mutuo, la comunicación, el esfuerzo, la individualidad y el tiempo para los amigos.