Cuando se trata de la salud de nuestros hijos, siempre queremos asegurarnos de tomar las decisiones correctas. Una pregunta común que muchos padres se hacen es: ¿cuándo debo llevar a mi hijo a los servicios de emergencia? Aunque cada situación es única, hay algunas pautas generales que pueden ayudarte a tomar esa decisión.
En primer lugar, confía en tu instinto como padre. Si notas algo inusual o preocupante en la salud de tu hijo, no dudes en buscar atención médica de emergencia. Los padres suelen tener un buen sentido para detectar cuando algo no está bien.
Además, algunos síntomas claves que pueden indicar la necesidad de atención de emergencia incluyen dificultad para respirar, pérdida de conocimiento, sangrado profuso o incontrolable, convulsiones, dolor severo e intenso, y lesiones graves como fracturas expuestas.
Asimismo, la fiebre alta en bebés menores de tres meses es motivo de preocupación y debe ser evaluada por un médico de inmediato. Si tu hijo tiene una enfermedad crónica y sus síntomas empeoran rápidamente, también es recomendable acudir a los servicios de emergencia.