Un recordatorio para los padres que se enfrentan al verano: El aburrimiento tiene sus virtudes.
Un estudio citado en un artículo de 2018 del New York Times en el que se lamentaba la implacabilidad de la crianza moderna descubrió que, independientemente de la educación, los ingresos o la raza, los padres creían que los niños que se aburren deberían inscribirse en actividades extracurriculares. Como explica Erin Westgate, profesora adjunta de psicología en la Universidad de Florida, existe una especie de estigma cultural asociado al aburrimiento, sobre todo en Estados Unidos.
Sólo la gente aburrida se aburre, dice el refrán.
Pero la realidad es que el aburrimiento es “normal, natural y saludable”, afirma la Dra. Westgate, cuya investigación se centra en qué es el aburrimiento, por qué lo experimenta la gente y qué ocurre cuando lo experimenta. Aunque advierte que apenas se han realizado estudios empíricos sobre el aburrimiento en los niños, la Dra. Westgate cree que, en dosis moderadas, el aburrimiento puede ofrecer una valiosa oportunidad de aprendizaje, estimular la creatividad y la resolución de problemas y motivar a los niños a buscar actividades que les resulten significativas.