La SB 1718, que entrará en vigor el 1 de julio en Florida, convertirá al estado en el más severo en cuanto a leyes migratorias en Estados Unidos.

Cerca de 700,000 trabajadores indocumentados se verán afectados, ya que las autoridades locales podrán arrestarlos y entregarlos a las autoridades federales para su posible deportación.

Aunque la estadía sin documentos sigue siendo una falta civil, la nueva ley penaliza viajar en automóvil con una persona indocumentada, castigándolo con hasta 15 años de prisión.

Las iglesias y organizaciones humanitarias expresan preocupación por las posibles separaciones familiares y la criminalización de la ayuda humanitaria.

La comunidad evangélica considera que esta ley convierte a Florida en el estado con las leyes migratorias más duras en Estados Unidos.