El antiguo partido gobernante de México se fracturó con la dimisión de cuatro importantes senadores en medio de disputas internas y la pérdida del último gran estado que gobernaban.

El Partido Revolucionario Institucional ocupó la presidencia y casi todos los estados de México de forma ininterrumpida durante 70 años.

Pero el PRI, como se conoce al partido, ha quedado reducido a una sombra de lo que fue con el ascenso del partido Morena del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que ganó la gobernación del último gran bastión priísta, el Estado de México, el mes pasado.

Morena ha aprovechado la combinación de programas asistencialistas y nacionalismo que en su día propugnó el PRI, y lo ha sustituido en gran medida.