El hemisferio norte se encuentra sumido en una ola de calor implacable durante este verano, con temperaturas diurnas récord y noches peligrosamente calurosas. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), tanto Europa como partes de Estados Unidos, Asia y África han sido afectadas por estas altas temperaturas, generando preocupación por sus impactos en la salud.

Comparado con la década de 1980, el hemisferio norte ahora enfrenta seis veces más olas de calor, y Europa se calienta al doble de velocidad que la media mundial. Especialistas de la OMM advierten que las temperaturas nocturnas son especialmente peligrosas para la salud humana, ya que el cuerpo no puede recuperarse del calor permanente, lo que puede resultar en ataques cardíacos y muertes.

En Estados Unidos, unos 100 millones de personas en el sur y oeste están bajo alerta por temperaturas extremas, y se prevé que varios récords sean superados. El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) insta a tomar precauciones para enfrentar estas condiciones potencialmente mortales. Recomiendan mantenerse hidratado, usar aire acondicionado, evitar actividades al aire libre durante las horas más calurosas, vestir ropa ligera y estar atentos a los síntomas relacionados con el calor.