El papel evolutivo de la madre en la crianza de los hijos es fundamental para el desarrollo humano. A lo largo de la historia, las madres han sido las principales cuidadoras y proveedoras de afecto y protección. Su influencia en la formación del vínculo emocional entre madre e hijo es crucial para el bienestar emocional y social del niño a lo largo de su vida.
La maternidad ha evolucionado, y las madres modernas enfrentan desafíos únicos, equilibrando la crianza con responsabilidades laborales y sociales. Investigaciones muestran que la presencia materna afectuosa y el apoyo afectan positivamente el desarrollo cognitivo y emocional de los hijos.
Las madres también transmiten valores y enseñanzas culturales, moldeando la identidad de sus hijos. Su presencia empática y comprensiva fomenta la seguridad emocional, permitiendo a los hijos explorar el mundo con confianza.