No existe una razón única por la que a unas personas les piquen más que a otras, en parte porque se trata de un problema difícil de estudiar para los científicos.

Pero los expertos han identificado dos categorías principales de factores que nos hacen más atractivos a los mosquitos: aspectos biológicos que no podemos cambiar y comportamientos que sí podemos.

En el primer grupo de factores se destaca el olor. Docenas de moléculas distribuidas por todo el cuerpo se unen para crear un olor único.

Luego están los factores que dependen más de cómo actúas a lo largo del día.

Si haces un ejercicio vigoroso al aire libre, es posible que respires más fuerte y exhales más dióxido de carbono, lo que podría atraer a los mosquitos.

El sudor también envía una potente señal a los mosquitos, sobre todo el sudor que durante horas se ha mezcládo con las bacterias de nuestra piel.

Y si te has tomado licor, es posible que también emitas algo de alcohol en el sudor, lo que puede atraer a los mosquitos.