El hombre armado responsable del ataque a la sinagoga en Pittsburgh, que dejó 11 personas fallecidas, ha sido condenado a muerte por perpetrar uno de los episodios más violentos de odio en la historia de Estados Unidos.
Robert Bowers, de 50 años, divulgó sus creencias supremacistas blancas en línea antes de planificar meticulosamente la masacre de 2018 en la sinagoga del Árbol de la Vida, donde miembros de tres congregaciones se reunían para rezar y estudiar. Además de las víctimas mortales, también hirió a dos fieles y a cinco policías que respondieron al tiroteo.
El veredicto del jurado federal llegó después de un largo juicio en el que se expusieron detalles escalofriantes de sus acciones. Bowers mostró poca emoción durante el proceso y llegó a decir que creía que el juicio estaba ayudando a difundir su mensaje antisemita.
La sentencia representa la primera pena de muerte federal impuesta durante la presidencia de Joe Biden, quien había prometido poner fin a la pena capital en su campaña electoral. A pesar de la moratoria a las ejecuciones federales, el Departamento de Justicia consideró apropiada la pena de muerte para Bowers debido a la vulnerabilidad de las víctimas y el ataque basado en el odio contra una comunidad religiosa. La mayoría de las familias de las víctimas coinciden en que Bowers merece pagar por sus crímenes con su vida.