Una separación puede dejar profundas heridas emocionales, pero también es una oportunidad para crecer y sanar. Primero, permítete sentir todas las emociones: el dolor, la tristeza y la rabia. Habla con amigos o busca apoyo terapéutico si es necesario.
El autocuidado es esencial durante este proceso. Practica la meditación, el ejercicio y busca actividades que te apasionen. Rodéate de personas que te animen y te impulsen hacia adelante.
Es fundamental perdonarse a sí mismo y a tu expareja, soltar la culpa y aprender de la experiencia. Aprende a valorarte y a fomentar una relación sana contigo mismo.