En un acontecimiento sin precedentes, más de 11,000 empleados municipales de Los Ángeles, afiliados al sindicato SEIU 721, han detenido sus actividades en protesta por lo que consideran una negociación insincera en torno a sus contratos. A pesar de las declaraciones de la alcaldesa Karen Bass asegurando que la ciudad no se detendrá, las manifestaciones podrían afectar algunos servicios y el tráfico en áreas clave.
La alcaldesa Bass ha prometido salvaguardar la seguridad pública y la asistencia a personas vulnerables durante el paro de 24 horas. Paul Krekorian, presidente del Concejo de la ciudad, también afirmó que se están haciendo esfuerzos para resolver la situación de manera constructiva.
Los trabajadores de saneamiento, tránsito y otros sectores esenciales son parte de esta huelga histórica, la primera de tal magnitud en más de cuatro décadas. Las áreas afectadas incluyen el recogido de basura, vuelos en el Aeropuerto Internacional LAX, asistencia a animales y tráfico vehicular.