En una semana inédita y trágica, al menos 53 personas han perdido la vida en Hawaii debido a una serie de incendios forestales devastadores que han dejado una ciudad histórica en cenizas. Lahaina, un rincón pintoresco y lleno de historia, ha sido completamente destruida, sorprendiendo a las autoridades y a los residentes por igual.

Mason Jarvi, un sobreviviente de los incendios y residente de Lahaina, lo describió como un “apocalipsis” en una conversación con The Guardian. Los incendios, alimentados por vientos feroces, baja humedad y sequía, han dejado en claro que ninguna región es inmune a los estragos del cambio climático.

Los científicos advierten que esta devastación podría empeorar en los años venideros debido a los efectos del cambio climático. Kelsey Copes-Gerbitz, experta en silvicultura, señaló que el cambio climático está impulsando combinaciones climáticas impredecibles que alimentan condiciones extremas.

Los vientos alisios, un elemento normal del clima hawaiano, se intensificaron debido a diferencias de presión atmosférica exacerbadas por el huracán Dora. Este fenómeno, combinado con la vegetación seca y la ignición, creó un escenario catastrófico que arrasó con la costa de Lahaina.