En el oscuro y misterioso laberinto de tubos y acero que se esconde bajo tu coche, hay algo llamado catalizador.
En el interior de la mayoría de los catalizadores, para ayudar a descomponer los gases nocivos en compuestos menos dañinos, hay un “panal” de cerámica que contiene trazas de joyas.
Cuando decimos “joyas”, hablamos de metales “preciosos” tipo Gollum, el Señor de los Anillos, también conocidos como platino, paladio y rodio.
En los últimos años, el valor de estos metales se ha disparado, convirtiendo los bajos de tu coche en el objetivo favorito de los ladrones.