Marco Antonio Regil, el locutor, conferencista, activista por los derechos de los animales y presentador de televisión mexicano nacido en Ciudad Obregón, Sonora hace 53 años, y que llegó a Televisa Radio hace 30 años para iniciar una carrera que le ha dado infinidad de satisfacciones, ha pasado recientemente por una etapa de recuperación tras haber sufrido una importante lesión en la rodilla, que requirió incluso de una cirugía.
Hoy se ha recuperado en un tiempo récord. Su ímpetu en cada rehabilitación y ganas de darlo todo, han tenido resultados impresionantes. “Y me siento mejor que antes”, reconoció.
Su vida está mucho más plena y llena gracias a una mejor alimentación, al entrenamiento y al pensamiento positivo. Hacer lo que ama y comunicar sobre temas que considera de gran valor social le ha situado en el lugar que siempre soñó, profesional y humanamente.
Sin embargo, hay algo que lo acongoja, y es que Marco Antonio siempre ha sido de esas personas que acostumbran lucir impecables, pulcras, y en forma.
“Esta semana le llovieron críticas a mi pelo, a mis canas y a mi look desaliñado recién llegado de la montaña. Yo pensaba que en esta cuenta estábamos enfocados en algo más allá de la apariencia física. ¿Qué no vieron Barbie?”, escribió con gran sentido del humor.
Marco Antonio lo tiene claro, cada uno desprende lo que tiene en su interior. Y él tiene claro que el suyo está muy en paz. “Les mando abrazos bañado, peinado y alineado. Pero. ¿saben qué? Me siento igual de feliz cuando estoy desarreglado o con rizos rebeldes y no dejaré de grabar videos esté como esté”, dijo en su mensaje.
Una publicación que le valió el cariño y los comentarios positivos de otros muchos, los más, quienes valoraron su optimismo real, su empeño y su apuesta siempre por lo positivo, incluso en los momentos más desafiantes, como ha sido su lesión física.
Siempre dispuesto a compartir cómo ha logrado llegar hasta aquí, Marco Antonio ha invitado a sus seguidores a su reto de 21 días para fomentar la gratitud y la alegría, dos de sus mejores socios e inseparables acompañantes en este camino llamado vida.