Lo que confundimos con la fuerza de voluntad suele ser el sello de los hábitos.
Las personas con buenos hábitos rara vez tienen que resistir la tentación de holgazanear en el sofá, pedir comida grasienta para llevar, dejar los deberes para más tarde o ver un vídeo viral más antes de salir corriendo por la puerta. Esto se debe a que el piloto automático toma el control, eliminando la tentación de la ecuación. Una vez establecidos los buenos hábitos, se requiere poca o ninguna fuerza de voluntad para elegir sabiamente.
1. Establezca un objetivo de tamaño alcanzable para que sea menos desalentador empezar y poder ver más fácilmente ver el progreso.
2. Anota tu plan en el calendario para tener un recordatorio digital.
3. Como es mucho más probable que te quedes con algo que te gusta y la repetición es clave para la formación de hábitos, hacer que la experiencia sea positiva es fundamental.
4. Un hábito flexible significa que puedes seguir haciendo lo que necesitas incluso cuando un imprevisto se interpone en tus planes.
5. El apoyo social es importante, así que cuéntales tus objetivos a tus amigos y familiares.