En un evento que quedará marcado en la historia del Burning Man, alrededor de 70,000 personas que quedaron atrapadas por el lodo en el desierto de Nevada comenzaron a abandonar el lugar el lunes. Los organizadores anunciaron que el terreno estaba lo suficientemente seco para permitir que los vehículos salieran sin riesgo de quedar atascados.

La pesadilla comenzó el viernes cuando las intensas lluvias convirtieron los caminos en intransitables. Los asistentes se vieron obligados a racionar alimentos y agua mientras se preguntaban cuándo podrían salir.

Trágicamente, se reportó la muerte de al menos una persona durante esta emergencia, aunque aún se desconocen las causas. Los organizadores aseguraron que no estuvo relacionada con las condiciones meteorológicas.

A pesar de las advertencias, cientos de valientes optaron por caminar a través del desierto en condiciones extremadamente peligrosas. Uno de ellos, Neal Katyal, compartió su angustiosa travesía de seis millas a medianoche a través de un barro espeso y resbaladizo.