El estado de Texas tomó una medida drástica este miércoles al cerrar por completo sus 100 instituciones penitenciarias. Esta decisión se debe al aumento alarmante del contrabando de drogas y los homicidios relacionados con las drogas entre los reclusos.

Las autoridades están respondiendo de manera rápida y directa para abordar esta creciente amenaza a la seguridad en las prisiones. Todas las cárceles están cerradas y se está llevando a cabo un exhaustivo registro en busca de drogas y otros contrabandos. Además, se ha limitado la movilidad de los reclusos y se han suspendido las visitas familiares temporalmente.

El Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ) informó que este año se han registrado 16 homicidios en las prisiones del estado, un aumento significativo en comparación con años anteriores.

Bryan Collier, director ejecutivo del TDCJ, subrayó la necesidad de esta medida para abordar las causas subyacentes de la crisis y garantizar la seguridad y el bienestar de todos los individuos en sus instalaciones. También se comprometió a trabajar con otras agencias para desmantelar las redes de tráfico de drogas.