Cuando una relación romántica llega a su fin, a veces surge una pregunta importante: ¿Podemos ser amigos? La respuesta es sí, pero la transición puede ser complicada.
La clave para mantener una amistad después del romance es la comunicación honesta. Hablen sobre cómo se sienten y establezcan límites claros. Aceptar que las cosas han cambiado es fundamental.
También es importante dar espacio para sanar. Tomarse un tiempo separados puede ayudar a procesar emociones y aclarar pensamientos. No hay prisa para convertirse en amigos cercanos de inmediato.
En el camino hacia la amistad, recuerden por qué se gustaron en primer lugar. Compartan intereses comunes y disfruten de actividades juntos sin expectativas románticas.
Finalmente, recuerden que no todas las relaciones pueden convertirse en amistad, y está bien. Lo más importante es cuidar de sí mismos y de su bienestar emocional.