Millones de estudiantes regresan a un nuevo curso escolar marcado por la escasez de profesores, lo que ha llevado a los centros a duplicar las aulas, trasladar los cursos a Internet y emplear lo que los críticos califican de profesores poco cualificados.

A medida que los estados rebajan los requisitos de titulación para convertirse en profesor, los expertos en educación temen que estas tácticas retrasen la recuperación de los alumnos de la pandemia de pérdida de aprendizaje.

En la cafetería de una escuela de Lancaster (Texas), los efectos de la escasez de profesores son más claros que el agua.

Cerca de 50 alumnos de dos clases de biología de noveno curso se apiñan para asistir a una clase impartida por Briana Jack, la única profesora de ciencias titulada disponible para estos alumnos.

Al otro lado de la sala, una segunda profesora de ciencias no titulada desempeña un papel de apoyo, ayudando en las clases en grupos reducidos y respondiendo a las preguntas de los alumnos cuando puede. Ella está en su segundo año en el Distrito Escolar Independiente de Lancaster, todavía pasando por un programa de certificación y aprendiendo a enseñar.