La atracción es el chispazo inicial que nos enciende, pero el amor es el fuego que perdura. ¿Qué la causa? Factores como la similitud de intereses, valores y humor juegan un papel crucial en la compatibilidad. Pero, hay más: las feromonas, sustancias químicas imperceptibles, desempeñan un rol oculto en nuestro magnetismo hacia otros.
Los neurotransmisores, como la dopamina y la oxitocina, crean esa sensación embriagadora que llamamos “mariposas en el estómago.” Además, nuestra historia y experiencias afectan cómo percibimos el amor.
Entender estas conexiones químicas nos ayuda a fortalecer las relaciones y cultivar un amor duradero.