La respuesta corta es que la gente está agotada por tantos años de lucha económica, y las políticas mundiales destinadas a cambiar la situación no han conseguido mantenerlos en casa.
Al mismo tiempo, las redes sociales han popularizado la ruta hacia Estados Unidos, mientras que un próspero negocio de traslado de personas cerca del inicio del viaje ha acelerado el ritmo de la migración.
Venezuela fue en su día uno de los países más ricos de América Latina, con una economía impulsada por los beneficios de sus vastas reservas de petróleo, las mayores reservas probadas del mundo.
Pero la economía se desplomó a mediados de la década de 2010 debido a la mala gestión del sector petrolero por parte de un gobierno autoritario de ideales socialistas, liderado ahora por el presidente Nicolás Maduro. Las duras sanciones impuestas por Estados Unidos en 2019 han agravado la situación.
Durante años, los venezolanos han estado sobreviviendo a duras penas, tratando de alimentar a sus hijos con salarios miserables, viendo a miembros de su familia morir de enfermedades prevenibles, esperando horas en la cola para obtener gasolina para poder hacer un viaje al hospital o al mercado.