En el segundo debate republicano en California, los precandidatos lucharon por destacarse sin la presencia de Donald Trump, quien lidera en las encuestas. Aunque se atrevieron a criticarlo, evitaron abordar sus problemas legales. El debate fue caótico, con conversaciones cruzadas y poca claridad en los temas.
Ningún candidato surgió como un rival serio para Trump, excepto Chris Christie y Ron DeSantis, quienes cuestionaron su ausencia. A pesar de algunos choques, ninguno logró sobresalir.
En el tema de inmigración, todos culparon a Joe Biden por la crisis en la frontera y ofrecieron soluciones diversas. El debate fue desordenado, lleno de interrupciones y dificultades para mantener la atención de la audiencia.
A pesar de no asistir al debate, Trump parece cambiar su enfoque hacia Joe Biden y alejarse de sus rivales republicanos, lo que podría fortalecer su posición entre los votantes republicanos.