En 2020, tras años de descenso de las ventas, el negocio de los cereales vio un breve rayo de esperanza: en medio de un caos por covíd, la reconfortante y estable bondad de un bol de cereales experimentó un resurgimiento.
Luego volvió la normalidad, y el único “chasquido, crujido, estallido” en el pasillo de los cereales procedía de los sueños aplastados de los ejecutivos.
El desayuno está en declive: El año pasado, sólo el 35% de los estadounidenses desayunaba a diario, según datos de Statista.
Cuando llega la hora de la comida, gana la portabilidad: Las barritas energéticas, los batidos de proteínas y los desayunos congelados han ganado popularidad, en detrimento de los cereales.
La comida rápida se ha apoderado del amanecer: Hace décadas, el McMuffin con huevo de McDonald’s era la única opción para desayunar, pero ahora casi todas las grandes cadenas sirven desayunos, y el menú no para de ampliarse.