La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda estrategias de disciplina positiva que enseñen efectivamente a los niños a manejar su comportamiento y evitar que se lastimen mientras promueven un desarrollo saludable. Éstos incluyen:
Mostrar y contar. Enseñe a los niños el bien del mal con palabras y acciones tranquilas. Modele comportamientos que le gustaría ver en sus hijos.
Pon límites. Tenga reglas claras y consistentes que sus hijos puedan seguir. Asegúrese de explicar estas reglas en términos apropiados para su edad que puedan entender.
Dar consecuencias. Explíquele con calma y firmeza las consecuencias si no se comporta. Por ejemplo, dígale que si no recoge sus juguetes, los guardará por el resto del día. Esté preparado para seguir adelante de inmediato. No te rindas devolviéndolos después de unos minutos. Pero recuerde, nunca le quite algo que su hijo realmente necesite, como una comida.
Escúchalos. Escuchar es importante. Deje que su hijo termine la historia antes de ayudar a resolver el problema. Esté atento a los momentos en que el mal comportamiento tiene un patrón, como si su hijo se siente celoso. Hable con su hijo sobre esto en lugar de solo darle consecuencias.
Dales tu atención. La herramienta más poderosa para una disciplina eficaz es la atención, para reforzar los buenos comportamientos y desalentar a los demás. Recuerde, todos los niños quieren la atención de sus padres.