Ya lo sabes: estás acurrucado bajo un toldo, atrapado en un aguacero torrencial, y abres tu aplicación Uber para ver que un viaje a casa te costará el cuádruple de su precio normal.

Lo mismo ocurre cuando se reservan hoteles o vuelos en el último minuto o durante las vacaciones: cuando aumenta la demanda, también lo hacen los precios.

Según el Financial Times, la tarificación con sobrecarga (también conocida como tarificación “dinámica”) es cada vez más popular en todos los sectores:

Stonegate Group, la mayor empresa de pubs de Gran Bretaña, ha introducido recientemente un incremento de precios en unos 800 de sus bares, aumentando el precio de la cerveza los fines de semana y por la noche.

La política de precios de Ticketmaster ha provocado la indignación de muchos aficionados, que ven cómo las entradas de los conciertos se venden al doble de su valor nominal.

Amazon utiliza datos en tiempo real para rastrear la demanda y cambia los precios de los productos cada 10 minutos.

Y lo único que impide a las tiendas físicas utilizar precios dinámicos es la lenta tarea de actualizar las etiquetas de precios, pero la tecnología está cambiando esta situación.

Walmart está introduciendo etiquetas de precios digitales en 500 de sus tiendas, y la cadena de supermercados francesa Carrefour utiliza etiquetas electrónicas en los estantes desde 2014.