Mientras el presidente Donald Trump pasaba el fin de semana pasado en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Washington, D.C., siendo tratado por la enfermedad COVID-19, su médico entró en el centro de atención al presentar las actualizaciones diarias sobre la condición del presidente.
Parte de la atención sobre el Comandante de la Marina Sean Conley surgió de la información contradictoria que proporcionó durante el fin de semana y cuando reconoció el domingo que a pesar de su alegre presentación sobre la salud del presidente el sábado no había revelado que el presidente había recibido oxígeno suplementario y que estaba tomando un medicamento esteroide generalmente prescrito en casos graves de infección por coronavirus.
Explicando la falta de divulgación, Conley dijo a los periodistas que había estado “tratando de reflejar la actitud optimista del equipo y del presidente, durante su enfermedad”.
El hombre que supervisa y explica el tratamiento del presidente es también, según se informa, el primer médico de un presidente en ejercicio que tiene un doctorado en osteopatía en lugar de ser un MD, o Doctor en Medicina.
Al igual que los médicos, los médicos osteópatas son médicos con licencia del estado que pueden recetar medicamentos y tratar a los pacientes a través de los Estados Unidos. Reciben una formación similar pero con un punto de vista diferente sobre la salud y la capacidad de curación del cuerpo.
