Donald Trump lanzó una búsqueda de tres semanas para salvar su presidencia, comportándose como si la pandemia que ha matado a 215,000 estadounidenses ya fuera un recuerdo frente a una multitud abarrotada, incluso en medio de las escalofriantes nuevas advertencias sobre el resurgimiento del virus.

En su primer mitin desde su propio combate con Covid-19, Trump pintó un cuadro profundamente deshonesto de la batalla de la nación contra la enfermedad, se burló del ex vicepresidente Joe Biden por el distanciamiento social y juró la victoria el 3 de noviembre mientras comenzaba un frenético impulso hacia el día de las elecciones, marcado por múltiples mítines al día que podrían actuar como eventos de súper difusión.

“Me siento tan poderoso, que voy a entrar en esa audiencia. Caminaré hacia allí, besaré a todos en esa audiencia”, dijo Trump en Sanford, Florida, mostrando que su enfermedad no le enseñó a respetar las pautas de pandemia de su propio gobierno. “Besaré a los chicos y a las mujeres hermosas y a… todos. Les daré a todos un gran beso”.

El regreso del Presidente a la campaña coincidió con la creciente alarma entre los republicanos sobre los números de las encuestas de Trump y después de que el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, advirtió recientemente que los demócratas están “adelante”.