Ha sido un año sin precedentes para la industria de las armas de fuego, que ha visto un aumento constante de las ventas relacionadas con la pandemia desde que comenzaron los cierres relacionados con el Covid-19 en marzo.

Los minoristas de armas y los analistas de la industria dicen que es normal que los estadounidenses se abastezcan de armas de fuego y municiones durante un año electoral. En muchos casos, dicen los analistas, el aumento está motivado por el temor de que un presidente demócrata pueda ampliar las restricciones sobre la propiedad de armas.

Pero el aumento de las ventas de este año es diferente porque está impulsado por un aumento de los compradores de armas por primera vez, especialmente entre los afroamericanos y las mujeres.

Alrededor del 40% de las ventas de armas en los primeros cuatro meses del año fueron hechas por compradores primerizos, mucho más alto que el promedio anual del 24% en las últimas dos décadas, según la Fundación Nacional de Deportes de Tiro, una asociación comercial que rastrea las ventas de armas y analiza las tendencias de la industria.

Las ventas de armas entre los negros americanos han subido un 58% hasta septiembre, según la NSSF. Mark Oliva, el director de asuntos públicos de la fundación, dijo que el aumento de la posesión de armas por parte de los negros no tiene precedentes.

“Nunca hemos visto un incremento anual tan grande en los compradores de armas afroamericanos”, dijo Oliva. “Es el mayor aumento demográfico que hemos visto. La gente que está comprando armas hoy en día se parece mucho menos a mí y mucho más al resto de Estados Unidos”, añadió Oliva, que es blanco.