La muerte de un esposo no es una situación fácil, sobretodo, cuando se tienen hijos pequeños.

Es bastante probable que el esposo era quien más aportaba en la economía familiar, además de ser una gran apoyo moral y físico para todos en casa.

Una viuda debe de ser fuerte por sus hijos, pero los problemas emocionales, tristeza y frustración estarán ahí y ella se preguntará ¿ahora qué voy a hacer?

Un factor bastante preocupante es que las viudas y sus hijos se verán afectados en cuestión económica, y aunque haya una pensión del marido y ella también tenga ingresos, el tema no deja de ser relevante.

Además, ahora la viuda tendrá que velar por la educación y crianza de sus hijos prácticamente sola y siempre añorando el apoyo de su esposo.

Los hijos también se afectan mucho por la muerte de su padre y algunos tienen cambios negativos en su comportamiento y conducta: se vuelven rebeldes, bajan sus calificaciones y viven enojados con la vida.

Una mujer que ha perdido a su esposo está en todo el derecho de rehacer su vida amorosa, sin embargo, muchas veces sus hijos no aprueban esto y el tema se convierte en un conflicto permanente.

La vida que deben llevar las mujeres viudas no es fácil, por lo que sería conveniente que ellas cuenten con personas que la apoyen y motiven a salir adelante. Ella y sus hijos deben de hacer el duelo, teniendo en cuenta que el dolor se supera y se puede salir adelante.