Mientras los estadounidenses se concentraban en un flujo de resultados electorales que daban que pensar, el país alcanzó un trágico récord, registrando más de 100,000 nuevos casos diarios tanto el miércoles como el jueves – una primicia mundial.
A diferencia de la primavera, cuando los brotes se producían principalmente en el noreste, y del verano, cuando se agruparon en el Cinturón del Sol, la pandemia ha engullido ahora a la mayor parte de la nación, alcanzando nuevas alturas en casi la mitad del país. Veintitrés estados registraron más casos en la última semana que en cualquier otro tramo de siete días.
Lugares como Minnesota, Nebraska, Colorado e Indiana han alcanzado registros de casos en un solo día. A nivel regional, el Medio Oeste y las Grandes Llanuras -incluyendo Dakota del Norte y del Sur y Wisconsin- han liderado durante semanas el país en casos per cápita, y las tasas de infección están empeorando.
Las muertes relacionadas con el virus, que van a la zaga de los informes de casos, han aumentado un 21 por ciento en todo el país en las últimas dos semanas, llegando a 1,616 el miércoles. Más de 50,000 personas están hospitalizadas con Covid-19 en todo el país, un aumento de aproximadamente el 64 por ciento desde principios de octubre.
Y aunque las cosas están mal ahora, para ser franco, hay posibilidades muy reales de que empeoren durante el próximo mes. Decenas de millones de estadounidenses acudieron a votar en persona en la carrera presidencial esta semana.
Dado que el período de incubación del virus puede llegar a ser de hasta dos semanas, podemos esperar tener una mejor idea de los casos relacionados con las elecciones antes del Día de Acción de Gracias, que es cuando cientos de miles de estudiantes universitarios viajarán a casa, y las reuniones familiares podrían convertirse en placas de petri para el virus.