Todo lo que podemos hacer es notificar a la gente, tan rápido como podamos, de que tienen el virus.

Es frustrante ser estudiante de enfermería durante una pandemia: Todo lo que quieres hacer es ayudar, pero hasta que no te gradúes, no puedes trabajar en un hospital. Así que en agosto, cuando mi universidad envió un correo electrónico diciendo que el gobierno del estado de Dakota del Norte estaba contratando a personas mayores en ciencias de la salud como rastreadores de contactos, me inscribí. Finalmente, pensé. Aquí hay algo que puedo hacer.

El trabajo era emocionalmente agotador – nadie quiere recibir una llamada telefónica de nosotros, y la gente a veces lloraba o gritaba o nos insultaba. Pero se sentía como si estuviéramos haciendo una verdadera diferencia. Si las autoridades de salud del estado pudieran rastrear el coronavirus, entonces podríamos limitar la propagación. Antes de que nos diéramos cuenta, los nuevos casos en Dakota del Norte se elevaron a cientos y luego a miles. El 22 de octubre, nuestros gerentes nos dijeron que dejáramos de pedir a nuestros casos sus contactos. Tantas personas dieron positivo que entramos en una situación de triaje.

En las últimas dos semanas, Dakota del Norte ha tenido el mayor número de casos nuevos per cápita del país. Nuestras hospitalizaciones se han duplicado desde el mes pasado. Tenemos la tasa de mortalidad más alta del mundo por covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus. Las cosas se pusieron tan mal, tan rápido, que hemos entregado una de nuestras armas clave contra la pandemia: Las pruebas y los rastros se quedaron en el camino. Incluso si tuviéramos suficiente personal para llamar a cada infectado y pedir todos sus contactos, hay tantas nuevas infecciones que no sería tan efectivo. En este punto, todo lo que podemos hacer es notificar a la gente, tan rápido como podamos, que tienen el virus.