Cuando nos enamoramos, muchas veces no actuamos con la cabeza, sino que nos dejamos guiar por el corazón y los sentimientos
Es posible que, al enamorarnos locamente de alguien, comenzamos a depender emocionalmente de la otra persona, se pierde claridad en los pensamientos y toda tu vida cambia.
Cuando llega una decepción amorosa y se pierde el encanto que se tenía, el cerebro tiene otro proceso químico en el cual puedes ver todo con más claridad.
Al perder el encanto, sientes como si te quitaran una venda de los ojos y tu cerebro comienza a mostrarte las señales que siempre estuvieron ahí pero que te negabas a ver porque estabas bajo el efecto del amor. Y a partir de ese momento podrás ver al “ser amado” tal como es y no como lo idealizabas.