Un matrimonio que cae en la rutina es algo que ocurre con bastante frecuencia, además, aparecen las distracciones como la crianza de los hijos, las labores del hogar, la carga laboral, etc. Esto puede incidir en la pérdida de la pasión.

Muchas veces llegamos tan cansados a casa después de una larga jornada laboral que lo único que queremos es dormir. Esto también aplica cuando uno de los dos se queda en casa al cuidado de los niños y las labores del hogar.

La pareja debe estar pendiente y es aconsejable seguir los siguientes consejos:

La primera vez que ocurre, hay que dejar dormir a la pareja y hasta se le puede dar un masaje relajante en el cuello y la cabeza. El segundo día, si continúa el cansancio y la apatía, vuelves a hacer el masaje, pero es necesario comenzar a dialogar sobre la situación y ofrecer apoyo al otro para alivianar la carga.

A partir de ese momento debes empezar a cambiar, apoyar y mostrar interés, así tu pareja entenderá que necesitan espacio para vivir nuevamente la pasión. No olvides que los besos en el cuello y las palabras de amor son un buen comienzo y su cuerpo reaccionará a esto.

Existen muchas palabras de amor que puedes decirle a la persona que amas, por ejemplo:

“Estoy acá para apoyarte”

“Estás hermosa”

“Estaba ansioso(a) por verte”

También es conveniente que salgan un fin de semana a algún lugar romántico, como si fuera una segunda luna de miel.

Pueden salir a comer, a bailar, a cine, sin que sea en una fecha especial. Un paseo que nunca falla es caminar de la mano con tu pareja por la arena de la playa.

En resumen, es muy importante ser creativos para revivir la llama de la pasión y no permitir que el matrimonio caiga en la rutina.