Desafortunadamente, cuando crecemos en un ambiente familiar difícil, las consecuencias se verán reflejadas en nuestra forma de vivir cuando seamos mayores.
Cuando los niños son pequeños, tal vez no logren comprender qué está pasando, pero poco a poco notarán que en su hogar hay problemas que se manifiestan con gritos y hasta con agresiones físicas.
Estas son algunas de las consecuencias de haber crecido en un ambiente familiar difícil:
• DIFÍCIL SOCIALIZACIÓN
Debido al ambiente familiar nocivo, el niño no logra relacionarse bien con sus padres y con el tiempo esto se reflejará en su actitud de estar a la defensiva con todos.
También se formará una idea errónea de cómo son las relaciones y creerá que es normal que las personas reaccionen de mala manera, que griten o que decepcionen.
• MANIPULACIÓN
Algunos padres usan la manipulación para conseguir que sus hijos hagan lo que ellos quieren. Esta práctica podría catalogarse como una forma de abuso emocional, que hace que el niño crezca siendo desconfiado y que prefiera estar solo.
• NO ACEPTA LOS ERRORES
Los niños que crecen en ambientes nocivos, sienten con frecuencia que su opinión no vale y que no sabe hacer bien las cosas.
Esos padres son demasiados exigentes y no se dan cuenta de que los excesos son malos, además de provocar que el niño se sienta culpable si no cumple las expectativas de ellos; así, constantemente están mirando cómo hacer para complacerlos para verlos felices.
• SIN IDENTIDAD
Si el niño sufre de abuso emocional, su autoestima será muy baja, y sus comportamientos serán tristes y frustrados. Así, el niño no podrá saber cuál es su verdadera personalidad y en el futuro se manifestará con depresión y ansiedad.
