Joe Biden ha tenido suficiente.
Después de semanas de medir sus palabras para evitar empeorar un infierno político cuando el Presidente Donald Trump trató de robar su victoria electoral, Biden dejó claro el lunes que es hora de seguir adelante. Horas después de que el Colegio Electoral confirmara que será el 46º presidente, Biden hizo su intento más enérgico hasta ahora para crear el simbolismo de una transferencia de poder pacífica.
“La integridad de nuestras elecciones permanece intacta. Ahora es el momento de pasar la página como lo hemos hecho a lo largo de nuestra historia. Para unirnos, para sanar,” dijo Biden.
Fue un discurso que señaló al pueblo de los Estados Unidos y al resto del mundo que el período post-electoral más desorientador de la historia de las elecciones modernas ha terminado. Fue un mensaje a Trump de que los esfuerzos por desacreditar las elecciones han fracasado, y un meneo de dedos a los republicanos que aún se acobardan ante el Presidente saliente. Los comentarios de Biden fueron también una necesaria muestra de autoridad y liderazgo de un hombre que asumirá el cargo en el punto álgido de la crisis.
Nada de esto puede hacer que Trump admita que perdió. Pero como dijo Biden: “La llama de la democracia se encendió en esta nación hace mucho tiempo. Y ahora sabemos que nada, ni siquiera una pandemia o un abuso de poder, puede apagar esa llama.”