En una reciente protesta en las afueras de la estación de tren de Stratford en Londres – compuesta por hippies, teóricos de la conspiración con pasamontañas y hombres de mediana edad con chaquetas impermeables – un manifestante gritó en un megáfono.
“La vacuna está ahí para hacerte infértil… esa vacuna sólo va a hacer que sean capaces de controlarte”, gritaba.
Escuchando el peligroso discurso falso estaba Rebekah, de 24 años. Una sobreviviente de abuso doméstico, Rebekah dijo que estaba viviendo en una casa segura en Manchester cuando el primer cierre en todo el Reino Unido comenzó en marzo. “Si todavía viviera en casa con mi agresor en un centro de detención, probablemente habría muerto”, dijo.
Pero la preocupación de Rebekah por los aplastantes efectos sociales y económicos de las restricciones de la pandemia tomó un giro conspirativo después de que leyera un post de Instagram que, según dijo, hacía que su pregunta fuera “información compartida por los medios de comunicación”. Ella investigó el asunto en línea, encontrando información que, si bien no está apoyada por hechos, si respalda sus crecientes sospechas.
Muchas teorías de conspiración han encontrado patas durante la pandemia, y una de las primeras que Rebekah encontró fue la ampliamente desacreditada afirmación de que el cofundador de Microsoft, Bill Gates, se estaba beneficiando de las vacunas contra el coronavirus.
No hay pruebas de que Gates o su fundación se beneficien de las vacunas Covid-19, según PolitiFact, una operación no partidista de verificación de hechos.