En un artículo de opinión publicado en The Post, dos funcionarios de salud de la universidad sostuvieron que sería – y que en realidad salvaría más vidas si la mayoría de la gente retrasara su segunda inyección.
“Darle a la gente una sola inyección ahora y esperar la segunda hasta que la escasez disminuya hará que más gente se vacune antes”, escribieron Robert M. Wachter y Ashish K. Jha – presidente del departamento de medicina de la Universidad de California en San Francisco y decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown, respectivamente. “Darle a 100 millones de personas – particularmente a las que están en alto riesgo – una sola vacuna que tenga una efectividad del 80 al 90 por ciento salvará muchas más vidas que darle a 50 millones de personas dos vacunas que tengan una efectividad del 95 por ciento”.
Wachter y Jha reconocen algunas incertidumbres con esta idea. La más importante es que los meses de ensayos de la vacuna y el proceso de aprobación federal se basaron en un régimen de dos dosis. Los estudios que encontraron que las vacunas eran seguras, altamente efectivas y que proporcionaban una inmunidad duradera se basaban generalmente en datos para un régimen de dos dosis. Si se quita la segunda dosis, muchos de esos datos alentadores se van por la ventana.
Pero no todos, según Wachter y Jha. “Los resultados de los ensayos clínicos de las vacunas Pfizer y Moderna son tranquilizadores”, escribieron. “Aunque fueron diseñadas para probar la eficacia de dos inyecciones aplicadas con un mes de diferencia, ambas mostraron que la primera inyección tuvo un beneficio sustancial a partir de los 10 días siguientes. En ambos ensayos, para el momento de la segunda inyección, la primera ya era de 80 a 90 por ciento efectiva en la prevención de los casos de covid 19″.
Enfaticemos que este no es el plan ideal de nadie. Si los Estados Unidos estuvieran en camino de dar a todos ambas inyecciones con prontitud, probablemente no estaríamos discutiendo la reducción de la dosis a la mitad. Pero no estamos al día, y miles de estadounidenses mueren cada día sin ninguna vacuna en sus sistemas, por lo que la gente está explorando opciones como esta.
Wachter y Jha también advierten que aunque tenga sentido que millones de americanos retrasen su segunda inyección para aumentar el suministro de vacunas, aquellos con alto riesgo de exposición o muerte podrían necesitar ambas dosis para maximizar su protección. Eso incluiría a personas mayores de 75 años.