Mattieu Ricard, es un monje budista en el monasterio Shechen Tennyi Dargyeling de Nepal, doctor en biología molecular, asesor personal y traductor del Dalái Lama. Tiene 74 años y se conoce como “el hombre más feliz del mundo”.
Esto no es una percepción, sino el resultado de un análisis realizado en su cerebro que logró un -0,45, en una escala de 0,3 (muy infeliz) hasta el -0.3 (muy feliz). Lo que quiere decir que Mattieu superó los niveles.
Para Mattieu la felicidad “Es más bien una forma óptima de ser que resulta del cultivo de muchas cualidades fundamentales como el altruismo, la compasión, la libertad interior, la resiliencia, el equilibrio emocional, el equilibrio interior, la paz interior y otros”.
¿Y cuál es el secreto de la felicidad?
Según Mattieu son el altruismo y la compasión.
Dice, además, que la felicidad egoísta no funciona porque todos pierden. Así se hace miserable su propia vida y la de los demás.
Dice que el objetivo es dar felicidad a los otros y remediar su sufrimiento y como consecuencia uno también siente gran felicidad al ser una persona amable y benevolente.
Ante la pregunta sobre la tristeza dice:
“Bueno, varios estudios han demostrado que una mente distraída no es una mente feliz, que una mente rumiando no es una mente feliz y que la sensación de autoimportancia exacerbada tampoco conduce a la felicidad”.
Cuando se le pregunta si él se pone triste algunas veces, responde que sí ya que “es absolutamente normal y deseable estar triste frente a una masacre, una injusticia, una discriminación, un abuso, una injusticia social, la pobreza en medio de la abundancia, la explotación ciega de los animales, etc.”.
Sin embargo, afirma que esta tristeza debe llevarnos a una acción compasiva para hacer algo sobre los sufrimientos relacionados.