¿Te ha pasado que cuando consumes un alimento congelado, por ejemplo, un helado, sientes una sustancia fría detrás de la nariz y el paladar? A pesar del gélido estremecimiento que sientes en la cabeza, la verdad es que el cerebro no se congela realmente.

La neuróloga Lauren Natbony, del Hospital Mount Sinai (Nueva York) dice que cuando los nervios ubicados en el paladar sienten algo muy frío, envían un mensaje al cerebro, provocando que las arterias y vasos sanguíneos reaccionen y la cabeza empiece a latir.

Aunque esta es una sensación inofensiva, las personas que sufren de migrañas son más propensas a tener esa sensación, ya que los nervios que el frío activa en el paladar son los causantes de desencadenar los dos tipos de dolores de cabeza: el de la migraña y el del frío.

La sensación de cerebro congelado es temporal, o sea que simplemente debes esperar a que se vaya.

Pero si esta sensación es muy fuerte, puedes tomar agua tibia (no caliente) muy lentamente, logrando así que la sensación de frío en el paladar se vaya.