Desde que el coronavirus llegó a nuestras vidas, la convivencia no volvió a ser la misma. Sentimos miedo del contagio y esto es tan peligroso como el virus; no podemos sumergirnos en el amarillismo al estar constantemente escuchando noticias sobre el virus.
Los seres humanos somos sociables y necesitamos del contacto físico para mantener una sana salud mental.
Nos alejamos de nuestros abuelos como una medida preventiva, sin embargo, el distanciamiento trae consecuencias para ellos. Por lo anterior, se hace necesario aceptar que esta pandemia de coronavirus es una realidad, tenemos que aceptarla y combatirla.
Se recomienda continuar las visitas entre abuelos y nietos, dominando el miedo, pero siendo muy respetuosos de todos los protocolos para evitar el contagio, ya que la soledad, especialmente en los abuelos es muy difícil de sobrellevar; el aislamiento puede evitar el contagio del virus, pero es muy dañino en el aspecto emocional.