El gobierno de Biden planea reabrir una controvertida instalación de desbordamiento para albergar a adolescentes migrantes no acompañados, mientras el gobierno lidia con la posibilidad de un aumento de las aprehensiones en la frontera entre Estados Unidos y México en medio de la pandemia del COVID-19.
La instalación de Carrizo Springs, Texas, albergará hasta 700 niños migrantes en las próximas dos semanas, según un comunicado de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, la agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos responsable de los niños migrantes. El centro temporal de atención se utilizará para los niños de 13 años o más que hayan recibido el visto bueno médico del COVID-19, según el comunicado.
La medida se produjo después de que el presidente Joe Biden firmara una serie de órdenes ejecutivas destinadas a revertir las políticas de inmigración de línea dura de la administración Trump, incluido el establecimiento de un grupo de trabajo para reunificar a los niños separados de sus padres o tutores en la frontera bajo la política de “tolerancia cero” del ex presidente Donald Trump.