El Departamento de Justicia ha pedido este martes a los fiscales estadounidenses nombrados por el expresidente Donald Trump que presenten su dimisión, un cambio que libra a dos de los principales fiscales de Delaware y Connecticut que supervisan dos investigaciones delicadas de la era Trump.
Las renuncias son efectivas el 28 de febrero, según se les dijo a los fiscales estadounidenses en una conferencia telefónica con el fiscal general en funciones Monty Wilkinson. Se espera que varios fiscales estadounidenses en funciones que no están confirmados por el Senado o que fueron designados por los tribunales permanezcan en sus puestos hasta que el Senado apruebe la designación de Biden, según se informó a los fiscales.
Se ha pedido a David Weiss, fiscal de Delaware, que permanezca en su puesto, donde está supervisando la investigación fiscal de Hunter Biden, el hijo del presidente Joe Biden. John Durham, designado como abogado especial por el exfiscal general William Barr para reinvestigar los orígenes de la investigación sobre Trump y Rusia, también continuará su trabajo, pero se espera que renuncie como fiscal estadounidense en Connecticut, dijo un funcionario de Justicia.
La petición de dimisión se aplica a 56 fiscales estadounidenses confirmados por el Senado y nombrados por Trump.
El relevo de los fiscales estadounidenses es rutinario pero suele estar cargado de tintes políticos. En 2017, el entonces fiscal general Jeff Sessions pidió a 46 fiscales estadounidenses nombrados por Obama que presentaran su renuncia. A un puñado de ellos se les permitió permanecer durante un breve período, pero la mayoría tuvo que abandonar inmediatamente.