La maduración afectica se refiere al proceso de evolución desde la dependencia completa en la infancia hasta la autonomía plena de la adultez.

Desafortunadamente, la cultura “light” fomenta la prolongación en la etapa de la adolescencia.  Esta tendencia se llama “extensión de la adolescencia tardía”, “adultescencia” o “resistencia a madurar”.

La OMS se pronunció sobre esta problemática y extendió la etapa tardía hasta los 25 años y algunos expertos dicen que se puede ampliar hasta los 35 años.

Esta tendencia ocurre tanto en hombres como en mujeres, aunque es más frecuente en los varones.  Ellos no son adultos con rasgos infantiles, sino adultos que no quieren dejar de serlo.

SIGNOS DE LA INMADUREZ TARDÍA

Este tipo de hombres seducen por su espontaneidad, gracia y amor por la libertad.  Sin embargo, notamos que esa inmadurez afecta negativamente toda su vida personal y laboral.

Ellos evaden cualquier posibilidad de dolor y responsabilidad y se sumergen en un mundo de fantasía y diversión.  Desean permanecer libres de compromisos y obligaciones.

En el aspecto laboral:

• Aunque aparentan seguridad y liderazgo, y son buenos socializadores, no saben qué hacer con su vida porque la han manejado llevados por la suerte o por las sugerencias de los demás.
• Cuando tienen éxitos lo exageran y cuando fracasan lo esconden o disfrazan.
• No toman decisiones serias por miedo a equivocarse y a los cambios.  Otros, toman decisiones impulsivas basados en sus caprichos.
• Cuando tienen dificultades culpan a los demás para no admitir sus errores y aceptar las consecuencias de los mismos.
• Les gusta todo lo fácil y aunque quieren nuevos desafíos no los ejecutan por el esfuerzo que conllevan.