El presidente brasileño Jair Bolsonaro ha sido durante mucho tiempo un defensor de los medicamentos cloroquina e hidroxicloroquina para curar el Covid-19, a pesar de los múltiples estudios que demuestran que no son eficaces. Ahora, los documentos muestran que su gobierno gastó fondos de emergencia en los medicamentos y continuó produciéndolos y distribuyéndolos a un ritmo sin precedentes a lo largo de 2020, al tiempo que rechazó al menos una oferta para comprar una vacuna que ya estaba en la etapa final de los ensayos porque las condiciones eran “abusivas.”
Después de promover repetidamente el potencial de la cloroquina y la hidroxicloroquina tanto para prevenir como para mitigar los efectos del Covid-19, el propio Bolsonaro dio positivo el pasado julio. “Si hubiera tomado hidroxicloroquina como medida preventiva, seguiría trabajando”, dijo, a pesar de que el fármaco, más comúnmente utilizado contra la malaria, no había demostrado realmente su eficacia contra el coronavirus y la Organización Mundial de la Salud (OMS) había suspendido un importante ensayo con hidroxicloroquina.
Mientras estaba en cuarentena, publicó un vídeo en las redes sociales en el que aparecía tomando lo que, según él, era su tercera dosis de hidroxicloroquina.
La semana pasada, Bolsonaro volvió a admitir que se podía demostrar que estaba equivocado y que el medicamento podría no tener ningún impacto sobre el coronavirus, pero añadió que “al menos no maté a nadie. Ahora, si por casualidad, se demuestra que es eficaz en el futuro, los que criticaron, parte de los medios de comunicación, tendrán que rendir cuentas.”