A punto de cumplirse un año de una pandemia que ha alterado la vida, muchos estadounidenses están hartos de llevar máscaras, desesperados por volver a la normalidad e insensibilizados ante el incesante flujo de cifras sombrías, como las 500,000 muertes por COVID-19 que EE.UU. está a punto de superar.
Los trabajadores sanitarios no quieren oír nada de eso.
Han estado trabajando durante horas interminables en medio de una muerte y un sufrimiento constantes, renunciando al tiempo libre y exponiéndose a la enfermedad, lo que les ha dejado exhaustos y sin ningún indicio real de cuándo terminará la pandemia.
“Definitivamente hay un cansancio palpable por parte de los trabajadores sanitarios, que están hartos del COVID y de que la gente haga caso omiso de las orientaciones de salud pública, enferme y espere que aplacemos otras vacaciones o pospongamos otra cosa”, dijo Eric Cioe-Peña, médico de urgencias que dirige un hospital de campaña del COVID-19 en Staten Island, Nueva York. “Le he dicho a la gente que me da las gracias por esto: ‘Dígase a sí mismo y a todos sus conocidos que lleven una máscara cuando estén en lugares públicos. No aplaudan, no me den productos de panadería. No necesito nada de eso. Necesito que lleves una máscara y no te contagies con COVID”.