Han caído en picada, con un descenso de más del 60% entre finales de diciembre y principios de febrero. La causa principal es sencilla: Los residentes de las residencias de ancianos han estado entre las primeras personas en ser vacunadas.

Es otra señal de lo poderosas que son las vacunas. El Dr. Sunil Parikh, epidemiólogo de la Universidad de Yale, afirma que el descenso de las muertes ha sido sorprendentemente rápido. Se produjo a pesar de que la mayoría de los residentes y empleados de las residencias de ancianos aún no han recibido las dos vacunas.

“Casi me quedo sin palabras por lo sorprendente y emocionante que es”, dijo el Dr. David Gifford, director médico de la American Health Care Association, que representa a los centros de atención a largo plazo.

Los datos de las residencias de ancianos se suman a las pruebas de que las vacunas no sólo funcionan en los ensayos de investigación, sino también en el mundo real.